El trastorno de ansiedad generalizada, tratamiento psicológico versus farmacológico.
El trastorno de ansiedad generalizada se define como una presencia de miedo, ansiedad, muy superiores a los que parecen lógicos a la situación y la forma de ser del paciente. La característica que señala esta patología claramente es que el paciente es consciente de que este estado de alteración no se corresponde con lo que sería normal, o sea que el mismo paciente no sabe atribuir su estado de estrés y ansiedad en un hecho concreto de su vida diaria, el paciente suele ser el primero en estar sorprendido por los síntomas que siente, estos son miedo, tensión inespecífica, como si tuvieran que pasar cosas negativas, pero no sabe que, alarma permanente, híper-vigilancia y casi siempre, el paciente explica que tiene, durante varios momentos, síntomas físicos de ansiedad, pueden ser palpitaciones, sudoraciones, tics, alteración del ritmo respiratorio … todo ello provoca que en una situación de trabajo se vea empujado a huir de la situación, reunión o puesto de trabajo, y en muchos casos ni hacerlas, entrando en un estado de evitación, tratando de no aumentar su estrés y la percepción de ansiedad. Es un miedo indefinido, no se sabe a que.
Esto, a pesar de que lo parecería, no corresponde a un tipo de personalidad asustadiza, se puede presentar en todos los tipos de personalidad, esta patología aparece generalmente en pacientes de entre los 20 y máximo 40 años, sin la necesidad de sufrir ansiedad previa. La personalidad ansiosa no es un predictor correcto para esta patología, ni siquiera haber sufrido una situación previa estresante, aunque pueden actuar de facilitadoras de la patología, no son condición indispensable.
El tratamiento psicológico es útil y eficaz, aunque se puede intervenir también a nivel farmacológico. El tratamiento psicológico es el más adecuado ya que esta patología tiende a presentar un continuo de recaídas en meses o años, que sin los aprendizaje del tratamiento psicológico resulta difícil de evitar o de frenar antes de que vuelva a ser grave. El tratamiento farmacológico es eficaz para actuar sobre el trastorno, remitiendo el miedo, pero una vez concluye y se retira la medicación con benzodiazepinas y los antidepresivos IRSS, nada impide la recaída, no hay protección, ningún aprendizaje para evitar su aparición futura en forma grave.